martes, 5 de enero de 2016

El enfrentamiento Brasil-Israel

El enfrentamiento Brasil-Israel

Brasil rechazó a Dani Dayan como embajador israelí debido a su historial como colono, en realidad, es un líder en el movimiento de colonos, y por el hecho de vivir en Cisjordania. Como Israel no ve diferencia entre los judíos que viven en Cisjordania y los judíos que viven en otras partes del país, lo enviaron a él, e Israel no quiere aceptar el rechazo del gobierno brasileño.

Dani Dayan en el puesto de avanzada en El Matan cerca de Maalé Shomrón. Foto: Moti Milrod.

Brasil rechazó a Dani Dayan como embajador israelí debido a su historial como colono, en realidad, es un líder en el movimiento de colonos, y por el hecho de vivir en Cisjordania. Como Israel no ve diferencia entre los judíos que viven en Cisjordania y los judíos que viven en otras partes del país, lo enviaron a él, e Israel no quiere aceptar el rechazo del gobierno brasileño.

Sólo otros países aún hacen distinción entre el Israel con Cisjordania y sin Cisjordania. Israel sólo hace esa distinción cuando involucra a los palestinos. La cuestión es: ¿Esto es un mero gesto de parte de Brasil o el desafío del gobierno brasileño a Israel es serio? Uno quisiera que fuera un reto serio a Israel y el primero de muchos. Pero un desafío serio requerirá un compromiso responsable con la causa de la justicia y la libertad en Palestina, y eso no es fácil.

Como ya fue mencionado, Israel no ve ninguna diferencia entre los judíos que residen en Cisjordania y los que viven en otras partes del país porque, de hecho,  Cisjordania no existe para Israel. Todas las referencias oficiales y estatales mencionan la región con el nombre de “Judea y Samaria”. No hay ningún tipo de mapa oficial; ni los textos escolares israelíes ni los mapas de informes del tiempo ni de senderismo muestran Cisjordania. Todos los informes del tiempo en la televisión son de Judea y  Samaria —nunca de Cisjordania. La seccional de la policía israelí que sirve a la región (solo ciudades judías) se llama región de Judea y Samaria. El comando militar que controla la región se llama comando de Judea y Samaria, y así sigue.

Israel ha borrado Cisjordania de hecho y ha anexado la región hace mucho tiempo. No lo ha realizado formalmente porque eso requeriría darles derechos de ciudadanos a unos tres millones de palestinos que viven allí. En Estados Unidos y Europa occidental todavía se hace referencia a los viejos mapas que muestran Cisjordania como una zona separada del resto de Israel. Pero eso es una ilusión. En el mundo árabe y musulmán se puede ver una versión mucho más honesta de la realidad. Todo Israel es considerado Palestina ocupada.

Y de verdad, ¿cómo puede ser Cisjordania menos ocupada que el resto del país? ¿Cómo pueden ser los judíos de Tel Aviv menos colonos que los que viven en Maalé Adumim? ¿En qué se diferenció la conquista de tierras palestinas en 1948 de la de 1967? ¿La destrucción de Jaffa y la limpieza étnica que siguió fue menos ocupación que la de cualquier otra región de Cisjordania? Si lo fue, fue peor. En 1967, Israel no pudo llevar adelante la rápida campaña de limpieza étnica que logró ejecutar en 1948. Si no, Hebrón y Belén y Nablus y ciertamente todo Jerusalén oriental habrían sido vaciadas de palestinos. Pero no fue posible.

Sin embargo, Occidente y los gobiernos alineados todavía usan esa distinción arcaica entre colonos judíos de Tel Aviv y los colonos judíos de Kiryat Arba. No tiene sentido, como no lo tiene el hecho de etiquetar y boicotear solo los productos de las colonias judías de Cisjordania y no etiquetar y boicotear los productos de las colonias judías de Galilea o Jerusalén o el desierto del Negev, todas ilegales, construidas sobre tierra palestina robada.  Y esa es exactamente la distinción entre un desafío serio a Israel y un mero y débil gesto.

Si el gobierno de Brasil no quiere un colono judío, entonces debe seguir el ejemplo de Bolivia que desafió seriamente a Israel y mandó al embajador israelí a casa para siempre. De lo contrario, como señal de solidaridad, es un gesto que no tiene sentido. ¿Qué significa cuando los países que expresan solidaridad con la causa palestina siguen haciendo negocios con Israel? ¿Están diciendo que los palestinos fuera de Gaza y Cisjordania no necesitan solidaridad? ¿Los palestinos de otras partes de Palestina, sin mencionar a los que viven en campos de refugiados fuera de Palestina, necesitan o merecen menos libertad y justicia?

Aferrarse a Cisjordania se ha transformado en el refugio de los países que no quieren hacer nada pero sienten vergüenza o temor o necesitan calmar de alguna forma a sus electores. Entonces, en lugar de dar un paso audaz y condenar y aislar a Israel, condenan y aíslan a una pequeña parte de Israel. En vez de condenar todo el proyecto sionista y considerarlo una acción ilegal de robo de tierras y acusar al gobierno israelí de genocidio y leyes de apartheid, optan por gestos insignificantes.

Algunas personas pueden argumentar que este es un paso en la dirección correcta. Pero no lo es, y si lo fuera, el tiempo de pequeños pasos en la dirección correcta se terminó hace mucho. Ahora es momento de acciones serias, de desafíos serios. Israel tiene una larga historia de apoyo y suministro de armas a dictadores y asesinos en América latina. Es hora de que América latina expulse a Israel para siempre. Ningún embajador israelí debería poner el pie en ninguna capital latinoamericana.

Autor: Miko Peled, activista propalestino, es un judío israelí, nacido y criado en Jerusalén, cuyo padre era un joven oficial del ejército en 1948 y un importante general de la IDF en 1967.

Traducción: Tali Feld Gleiser.

Fuente: AHTribune.

Fuente: Blog Los Otros Judíos

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