martes, 19 de julio de 2016

Palestinos de Kafr Qaddum: 'Nunca nos daremos por vencidos'

Palestinos de Kafr Qaddum: 'Nunca nos daremos por vencidos'

Desde hace cinco años, los aldeanos de Kafr Qaddum han protestado cada semana, exigiendo el acceso a la carretera principal que conduce a la ciudad de Nablus y a otras ciudades cercanas. Israel cerró la carretera en el año 2003.

El hijo del líder del Comité de Resistencia Popular, Murad Shtaiwi, fue herido en la pierna por una bala recubierta de caucho disparada por soldados israelíes durante una manifestación semanal en Kafr Qaddum.

"Amamos nuestra tierra y vamos a luchar".

Así reza un mural pintado en una pared en Kafr Qaddum, una aldea palestina en el norte de Cisjordania ocupada.

La frase, adornada con mariposas con los colores de la bandera palestina, volando sobre una valla de alambre de púas, es el telón de fondo de las periódicas manifestaciones contra la ocupación israelí efectuadas en el pueblo desde julio de 2011.

Desde hace cinco años, los aldeanos han protestado cada semana, exigiendo el acceso a la carretera principal que conduce a la ciudad de Nablus y a otras ciudades cercanas.

Cierre

El ejército israelí cerró ese camino en el año 2003 durante el apogeo de la segunda intifada, con el pretexto de brindar seguridad a los aproximadamente 4.000 colonos que viven en las inmediaciones del asentamiento de Kedumim.

Kedumim, al igual que todos los asentamientos en Cisjordania, es ilegal en virtud del derecho internacional, que prohíbe a una potencia como Israel transferir a su población civil al territorio que ocupa.

El cierre fuerza a los residentes transitar largos trayectos, lo que una vez era un corto viaje de menos de cuatro millas a Nablus se ha triplicado en longitud. Esto significa que pierden tanto tiempo como dinero.

Aldeanos han fallecido, ya que las fuerzas israelíes no han dejado que las ambulancias utilicen la carretera principal.

Además de cerrar la carretera, Israel ha confiscado más del 10 por ciento de las tierras de Kafr Qaddum para el beneficio de sus asentamientos.

Más de la mitad de las tierras del pueblo están situadas en un área designada como bajo control total israelí. Los residentes deben obtener el permiso de Israel para tener acceso a sus tierras de cultivo, lo que les impide cuidar de sus huertos, las aceitunas son el principal cultivo del pueblo, y sólo tienen unos pocos días de cosecha cada año.

Esto es devastador para un pueblo de agricultores.

Los viernes, los aldeanos salen de la mezquita después de la oración del mediodía y marchan hacia el checkpoint (puesto de control), coreando consignas, lanzando piedras y quemando neumáticos.

Allí se enfrentan a soldados israelíes, respaldados por tanques y bulldozers militarizados.

Heridos

Más de 80 manifestantes han resultado heridos por el fuego directo, de acuerdo con Murad Shtaiwi, líder del Comité de Resistencia Popular de Kafr Qaddum.

Wael Abdallah, de 16 años, fue herido de bala en el muslo por soldados a principios de junio. El día anterior, dos hermanos, de edades comprendidas entre los 19 y 20, también fueron heridos por balas en una protesta especial en conmemoración de la Naksa, la conquista militar israelí de Cisjordania y la Franja de Gaza en el año 1967, indicó Shtaiwi.

Asimismo, el ejército dispara balas de un núcleo de metal y recubiertas con caucho o plástico, así como botes de gases lacrimógenos.

Shtaiwi añadió que los soldados "están empezando a lanzar nuevos tipos de gases lacrimógenos, mucho más fuerte y más potente, directamente hacia los manifestantes y a las casas".

También entre el arsenal utilizado por el ejército israelí contra los manifestantes está el "agua sucia", apodada "Skunk" (nombre que recibe en inglés la mofeta), el olor que tiene, fue descrito por The Economist como "una mezcla de aguas residuales sin tratar con comida podrida y un cadáver de vaca". El líquido maloliente se lanza desde cañones de agua montadas en camiones durante las manifestaciones.

Una persona golpeada con Skunk debe ducharse y lavar su ropa varias veces para deshacerse del hedor. A veces, el líquido se pulveriza en casas y patios, donde el olor persiste durante mucho tiempo.

"Castigo colectivo"

El arma antidisturbios Skunk, desarrollado en Israel, se ha utilizado casi exclusivamente sobre los palestinos, y no a los manifestantes israelíes.

El grupo de derechos humanos israelí B'Tselem tiene "graves sospechas de que el Skunk se utiliza como medida de castigo colectivo contra los residentes de las aldeas donde se llevan a cabo regularmente manifestaciones semanales cerca de las áreas urbanizadas del pueblo".

Pero estas medidas no han disuadido a los manifestantes.

"Defendemos nuestro derecho a utilizar pacíficamente la misma carretera de nuestros abuelos. Israel nos robó ese derecho y se lo dio a los colonos. Esta carretera estaba aquí antes de que existiera Israel y es nuestra única conexión con las principales ciudades", explicó un profesor que participó en una reciente manifestación.

"Por esa razón, nunca nos rendiremos."

Imágenes

Jóvenes palestinos se preparan para lanzar piedras a los soldados israelíes mientras que los observan algunos periodistas durante una protesta semanal en Kafr Qaddum.

Un joven lleva una máscara para protegerse de los gases lacrimógenos y el humo de la quema de neumáticos.

Los jóvenes tratan de encender un bote de gas lacrimógeno sin estallar y tirarlo  de nuevo hacia los soldados israelíes.

Dentro de una ambulancia, la cual está presente en todas las manifestaciones, un médico de la Media Luna Roja Palestina atiende a un hombre que ha resultado herido por la explosión de un gas lacrimógeno.

Un aldeano muestra una herida causada por una bala recubierta de caucho durante una protesta anterior. Necesitó puntos de sutura.

Periodistas filman a los soldados israelíes, rociando agua Mofeta durante una manifestación.

Los hombres llevan neumáticos para quemarlos en el comienzo de un camino cerrado por los militares.

Murad Shtaiwi, Coordinador del Comité de Resistencia Popular, sostiene una bomba de gas lacrimógeno sin detonar disparada por los soldados israelíes contra los manifestantes.

Un portón de hierro evita que los vehículos entren en el asentamiento de Kedumim, el que se puede observar al fondo de la principal carretera Kafr Qaddum, a la que los palestinos no son capaces de acceder.

Una escultura al lado del checkpoint (puesto de control) en la entrada del asentamiento israelí de Kedumim. Una joven mujer del asentamiento, que se negó a dar su nombre, dijo que los residentes de Kedumim son conscientes de las protestas en Kafr Qaddum. "Podemos ver el humo negro y el olor de los neumáticos en llamas. Lo hacen todas las semanas. Es muy molesto", se quejó. "Pero el ejército los controla. Nos sentimos seguros".

Los niños ven la televisión en un café del asentamiento de Kedumim. Un camarero del café alertó a los soldados de la presencia de esta periodista y un colega. Los soldados tomaron nuestros pasaportes, nos interrogaron y nos ordenaron salir del asentamiento.

Mirando hacia el asentamiento de Kedumim después de una de las manifestaciones, un manifestante se quita la máscara y se para junto a una pila de neumáticos en llamas al comienzo de la carretera que está prohibida para los palestinos.

Acerca del autor: Patricia de Blas es un periodista independiente y fotógrafo española cuyo trabajo se centra en los derechos humanos y en el desarrollo. La puedes seguir Twitter y Flickr.

Fuente: Palestinian of Kafr Qaddum: "We’ll never give up"

Copyleft: Toda reproducción de este artículo debe contar con el enlace al originalinglés y a la traducción de Palestinalibre.org

Fuente: Patricia de Blas, The Electronic Intifada / Traducción: Palestinalibre.org

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