domingo, 12 de junio de 2016

Boicot: Una campaña pide a Airbnb que no permita estancias en los asentamientos israelíes

Boicot: Una campaña pide a Airbnb que no permita estancias en los asentamientos israelíes

La iniciativa ya lleva 150.000 firmas y denuncia que la empresa californiana se está lucrando a partir de la ocupación ilegal de tierra palestina

 

Una agradable habitación en el centro de Ariel, a 20 kilómetros al este de la Línea Verde, cuesta sólo 26 dólares la noche. El propietario es un cineasta que trabaja desde su domicilio, a dos minutos de tiendas locales y de una casa de cambio. En una hora en bus, que pasa cada 15 minutos, se puede llegar a las envidiables playas de Tel Aviv. Los huéspedes tienen acceso a todo el segundo piso de la propiedad porque el inquilino y su pareja viven en la planta inferior. Es la magia de Airbnb. “Nos abrieron su casa como si fuéramos familia y compartimos una increíble y deliciosa cena de sabbat juntos. Llegamos como extranjeros y nos marchamos como amigos”, comenta Karen, una visitante satisfecha, en la plataforma turística. Se alojaron en la habitación los primeros días de su mudanza a Ariel, el cuarto mayor asentamiento israelí en Cisjordania.

Ahora viven alrededor de 20.000 personas, pero cuando se estableció en 1978 los primeros colonos eran jóvenes, judíos angloparlantes y de la antigua Unión Soviética. Se calcula que unos 400.000 colonos viven en Cisjordania y en el este de Jerusalén. Los asentamientos –considerados ilegales por la ley internacional y las Naciones Unidas, pero auspiciados por Netanyahu– arrancaron tras la guerra de los Seis Días (1967) para imposibilitar la continuidad de un Estado palestino.

Ahora, una campaña promovida por asociaciones propalestinas en Estados Unidos pide a Airbnb que no permita que colonos ofrezcan alojamientos en sus servicios. La iniciativa, bautizada como Stolen Homes (casas robadas), ya lleva 150.000 firmas y denuncia que la empresa californiana se está lucrando a partir de la ocupación ilegal de tierra palestina. “Compañías como Airbnb son cómplices del daño que los asentamientos están haciendo en Cisjordania”, criticó a La Vanguardia Naomi Dann, portavoz de Jewish Voice for Peace, una de las asociaciones implicadas.

Stolen Homes también pone sobre la mesa que el turismo en los asentamientos es uno de los recursos que utiliza Israel para “normalizarlos”. El Ministerio de Exteriores está haciendo un esfuerzo para mejorar la imagen de Israel en el mundo, sobre todo ante campañas como el movimiento BDS, que pide el boicot a grandes compañías con sedes en Cisjordania como Sodastream u Orange. En un informe publicado en enero, Human Rights Watch ya denunció que las empresas que operan en los asentamientos contribuyen a la “violación de los derechos de los palestinos”. “Los palestinos deberían parar de gimotear y de culpar a Israel de su incapacidad para construir su propia economía”, dijo al respecto un portavoz de Exteriores a Associated Press. “Nada puede ser más legal y correcto que un judío viviendo en Judea, que literalmente significa tierra de los judíos”, comentó a este diario Bruce Brill, uno de los 13.000 israelíes que ofrecen su casa en la plataforma, él en un asentamiento cerca de la capital.

De momento, Airbnb no ha dado una respuesta oficial a la campaña. Según ha comunicado, la empresa defiende que “sigue las leyes” de los países en que opera y que “investiga preocupaciones específicas sobre sus ofertas”. La compañía –valorada en 25.000 millones de dólares– afirmó a un periodista del San Francisco Chronicle que “la gente ha ido debatiendo este tema a lo largo de 5.000 años, por lo que una empresa de alojamiento de San Francisco no va a tener todas las respuestas”. “Si vas de vacaciones a un asentamiento, estás colaborando con los colonos que robaron tierra palestina. Te imploro que no utilices Airbnb en los asentamientos”, afirma un palestino en el vídeo que acaba de lanzar la campaña. “Si no podemos vivir allí, no vayas”, reclama el eslogan. Además , Stolen Homes denuncia discriminación de los anfitriones hacia huéspedes de origen palestino. En el blog +972 crearon un perfil de un estadounidense con raíces palestinas y la mayoría de las solicitudes de alojamiento fueron rechazadas, una de ellas alegando “motivos políticos”. “En otro mundo seríamos amigos”, valoraron.

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Fuente: Anna Buj, La Vanguardia - España

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