jueves, 12 de mayo de 2016

Handala llegó a la Argentina

Handala llegó a la Argentina

Era hora de que Handala también llegara a la Argentina. La reconocida editorial con sede en Lomas de Zamora hizo bien en presentarlo días antes del 68º aniversario de esa catástrofe que el pueblo palestino llama Al-Nabka. Handala nació un 13 de julio de 1969, encerrado en una viñeta, en la contratapa del diario kuwaití Al-Siyyasa, del lápiz de quien se convertiría, a partir de la impronta de sus caricaturas políticas, en el artista más popular del mundo árabe, Naji al-Ali.

Si no fuera por la iniciativa de la Editorial Sudestada, unos cuantos argentinos seguiríamos desconociendo la existencia de Handala, así como la trayectoria de su creador Naji al-Ali. Por esos dos puntos que ganamos en el duelo contra la ignorancia, vale celebrar la publicación de la primera colección nacional de viñetas protagonizadas por el niño silente de eternos diez años, que hace casi medio siglo se convirtió en abanderado simbólico de la resistencia palestina.

Palestina. Los ojos de Handala se titula el libro o cuaderno que terminó de imprimirse en enero de este año, y cuya presentación tuvo lugar el viernes pasado en la embajada palestina en Buenos Aires. Lo anunciaron, explicaron, comentaron el responsable de la compilación, Hugo Montero, su compañero de andanzas editoriales Leandro Albani y el embajador Husni Abdel Wahed. A través de un video, acompañó a la distancia el autor del prólogo, Pedro Brieger.

El periodista especializado en actualidad internacional dijo de Al-Ali que fue “un gran caricaturista” y destacó la potencia simbólica de Handala “para todos los que seguimos de cerca la lucha palestina” y para quienes quieran “comprenderla mejor”. Brieger también sostuvo que reconoció al niño de papel en muchos de los chicos que vio cuando visitó campos de refugiados palestinos.

Este sitio en inglés replica la presentación que el ilustrador hizo alguna vez de su personaje:

El niño Handala es mi firma. Donde voy, todos me preguntan por él. Lo parí en el Golfo y se lo presenté a la gente. Su nombre es Handala y prometió ser fiel a sí mismo. No lo dibujé lindo: su pelo recuerda al erizo, a las púas que este animal usa para defenderse.

Handala no es un chico regordete, feliz, relajado, mimado. Anda descalzo como los niños que viven en campos de refugiados, y es un ícono que me ayuda a no cometer errores. A pesar de su amargura, huele a ámbar. Lleva las manos cruzadas detrás de la espalda como gesto de rechazo a una época de soluciones a la usanza norteamericana”.

En la presentación del viernes, Montero contó que Sudestada sembró la semilla del libro/cuaderno al término de los 25 días que duró la operación ‘Plomo Fundido’ en Franja de Gaza. En ese principio de 2009, los editores de la revista homónima se toparon con Handala mientras buscaban “un eje por donde canalizar la indignación” ante el asesinato de tantos chicos y ante un “contexto de blindaje mediático”.

“Nos encontramos con una historia extraordinaria, visualmente impactante” recordó Montero. “Un pibe que nos da la espalda a los lectores es una característica inédita” sostuvo antes de subrayar la ocurrencia de Al-Ali de acordarle más protagonismo a la escena que al personaje, y el despliegue de un “humor negro pocas veces visto”.

Palestina. La canción de Handala se tituló el artículo de tapa de la revista n° 76, que salió en marzo de 2009. A continuación, un extracto del correspondienteadelanto online.

“Handala nació un 13 de julio de 1969, encerrado en una viñeta, en la contratapa del diario kuwaití Al-Siyyasa, del lápiz de quien se convertiría, a partir de la impronta de sus caricaturas políticas, en el artista más popular del mundo árabe. Naji al-Ali era su nombre.

‘Handala nació con diez años, y siempre tendrá diez años. Esa es la edad que yo tenía cuando dejé mi país. Handala solo crecerá cuando retorne a Palestina. Las reglas de la naturaleza no se cumplen con él. Es una excepción, y las cosas sólo serán naturales cuando retorne a su tierra. Este niño es una representación simbólica de mí mismo y de todos los que viven y sufren la misma situación. Se lo ofrecí a los lectores, y lo llamé Handala, como símbolo de la amargura. En un principio lo presenté como un niño palestino, y con el desarrollo de su conciencia adquirió una perspectiva patriótica y humana‘, dijo.

En el nombre de Handala se vislumbra otro símbolo: al-handal es una hierba común y silvestre en Oriente Medio, reconocida por el sabor amargo de su fruto, pero también porque sus fuertes raíces le permiten volver a brotar una y otra vez en mitad del desierto”.

Naji al-Ali y su niño.

“En todo refugiado palestino hay un Handala descarnado, que denuncia lo que vive su pueblo” sostuvo Wahed después de contar que él mismo nació en un campo de refugiados y de declararse “totalmente identificado” con el niño de trazos gruesos. Por otra parte, el embajador recordó que Al-Ali fue asesinado en un atentado en Londres en 1987. “Este genio muy crítico -incluso del mundo árabe- nos dejó más de cuarenta mil caricaturas”, agregó el representante diplomático.

El libro de Sudestada incluye dos capítulos que ilustran la fama de Handala fuera de las viñetas de Al-Ali. Uno aborda el fenómeno de los graffitis: aunque nadie recuerda a ciencia cierta cuándo apareció por primera en algún muro, algunos sostienen que la estampa de la silueta del niño empezó a multiplicarse en los muros de Gaza y Cisjordania en ese mismo ’87. El otro ofrece una recopilación de homenajes realizados por el norteamericano Mike Flugennock y el sirio Muafaq Qat entre otros artistas gráficos contemporáneos.

Era hora de que Handala también llegara a la Argentina. La reconocida editorial con sede en Lomas de Zamora hizo bien en presentarlo días antes del 68º aniversario de esa catástrofe que el pueblo palestino llama Al-Nabka.

Fuente: María Bertoni, Blog Espectadores

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