sábado, 21 de mayo de 2016

Una voz de mujer para contar a la tierra que grita

Una voz de mujer para contar a la tierra que grita

La activista palestina Jaldía Abubakra en un nuevo encuentro con Mujeres que Transforman el Mundo

"En Palestina la tierra grita. Grita contra la injusticia que están viviendo. Día a día. Os invito a ir, a Gaza es difícil, pero id a los territorios de Cisjordania. Me gustaría que viérais cómo viven. Y que vengáis para contarlo". Los sobrinos de Jaldía Abubakra, que nació con la condición ya de refugiada en Gaza pues sus padres fueron expulsados de su Beerseba natal, al sur de Palestina, le preguntan si cortan alguna vez la luz en Madrid, si hay agua siempre. Le preguntan "¿cómo es ahí afuera?" y le cuentan quién murió, qué casa nueva han destruido y dónde se escondieron en el último bombardeo. "Porque cuando tú no estabas..." Jaldía no está mucho. Pudo irse a Egipto a estudiar y, actualmente vive en Madrid. Volvió en el 96, "allá cuando teníamos esperanza en los acuerdos de Oslo", y volvió el pasado año cuando las autoridades israelíes no dejaban regresar a España la activista con doble nacionalidad y logró salir después de cuatro meses gracias a la presión social internacional. Jaldía nació y vivió en Gaza. Y se fue. Y vuelve, una y otra vez. Y cuenta lo que ve. Porque es necesario. Porque "la historia de Palestina -la historia de la tierra que grita- no está en los libros", acierta.

Por eso, Jaldía -como demostró ayer durante su intervención en el ciclo Mujeres que Transforman el Mundo, organizado por la APDHA, en el Centro Integral de la Mujer- reconcilia experiencia personal y conocimiento en el relato de la causa palestina.

Cuenta, encontrando la empatía del auditorio, lo que cualquier persona que haya tenido la oportunidad de viajar a los territorios palestinos ha podido comprobar por sí misma. Los checkpoints partiendo ciudades y vidas; los abusos del ejército israelí con la población; el muro, maldito muro; la imposibilidad de los campesinos y pescadores de trabajar en Gaza, jugándose lo que no tienen entre disparos; la ocupación, inmoral e ilegal, en Hebrón...

Cuenta también la guerra para los que no hemos conocido guerra alguna. La familia junta en una habitación mientras silban las bombas; luz eléctrica sólo durante 4 horas al día; la escasez de alimentos, de medicinas - "4.000 mujeres con cáncer de mama en Gaza que no reciben tratamiento"- el miedo, el estrés que nunca es postraumático porque en Gaza no hay pos que valga...

Pero, también, cuenta Jaldía los datos, desmenuza los conceptos, traza mapas y compara números. Desmonta mitos Jaldía. Porque no se puede ser antisemita siendo semita -"semitas son los que hablan las lenguas de Sem, el árabe, el arameo, el hebreo y el cartaginés"-; no se puede aplicar la ley de retorno a los judíos cuando "nunca fueron expulsados de Palestina, de hecho, antes del 48, como en otros territorios, en Palestina convivían musulmantes, judíos y cristianos"; no se puede considerar un pueblo "a una confesión religiosa"; que los palestinos -musulmanes y cristianos- no tienen un problema con los judíos, tienen un problema con el proyecto sionista. Recordó la traición del imperio británico y desnudó el aparato propagandístico de los ideólogos del sionismo. Nos plantó los números, entre 6 y 7 millones de palestinos refugiados en la actualidad, los algo más de 3.600.000 que viven en Gaza y Cisjordania frente al 1.300.000 de judíos que habitan en el territorio en disputa...

Jaldía Abubakra enseña los matices de lo que se da por sabido. Hace que se tambaleen los tópicos. Y cuenta cómo a principios del siglo XX (1903) surge la primera asociación de mujeres palestinas. Cómo entre los años 20-30 comienzan sus primeras acciones importantes, cómo azuzan la huelga y cómo en 1932 viajan hasta Londres para protestar por el favorecimiento que reciben los judíos que llegan a Palestina por parte del imperio británico.

La voz de una mujer contando la historia de la tierra que grita. La escrita entre las líneas del silencio.

Fuente: Tamara García Cádiz, Diario de Cádiz

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