jueves, 21 de abril de 2016

Hermanas de la velocidad: la resistencia palestina, más acelerada que nunca

Hermanas de la velocidad: la resistencia palestina, más acelerada que nunca

Speed Sisters son el equipo de carreras femenino pionero en Oriente Miedo. Y no es fácil entrenar en territorio ocupado

Si ser mujer no es precisamente una ventaja en el mundo, ser mujer en un territorio sometido a control militar no pone las cosas más fáciles.

Si además de esto, decides entrar de lleno en un submundo abrumadoramente masculino como es el del motor, el reto es mayúsculo.

"Mi novio me pidió que eligiera entre las carreras y él... y elegí correr"

En esas coordenadas políticas se mueven Marah, Betty, Noor y Mona. Las 4, más su entrenadora Maysoon, conforman Speed Sisters, el primer equipo de carreras femenino de Oriente Medio. Un documental con el mismo título del equipo cuenta su historia.

La idea le surgió a la directora Amber Fares cuando fue invitada a una carrera. El lugar: un terreno de Belén que servía de pista de aterrizaje para el helicóptero de Yasser Arafat.

En Speed Sisters somos testigos de las condiciones personales de cada una de las speed sisters, todas enmarcadas en la ocupación israelí de Cisjordania y en la emergente escena del motor en el territorio palestino.

Es entre constantes checkpoints y cortes de carretera del ejército que las speed sisters tienen que improvisar sus entrenamientos. Betty Saadeh, una de ellas, ilustra el clima político su historia.

Un día los soldados israelíes mataron a un niño. Sus compañeros de clase fueron a tirar piedras a los militares justo en un viejo aparcamiento en el que Betty entenaba con el coche. La piloto fue alcanzada dos veces por disparos de gases lacrimógenos israelíes.

Pero las chicas no se dan por vencidas. Como dice Marah Zahalqah, eso sería como permitir que la ocupación ganase. Ella procede de Jenin, una de las ciudades cisjordanas más castigadas económicamente. Su padre, que creció en un campo de refugiados porque su familia fue una de las expulsadas de Haifa tras el nacimiento del estado de Israel en 1948, es su mayor fan.

Con 11 años, Marah cuenta que "robó" el coche de sus padres. Dio la vuelta a la manzana en primera marcha y quemó el motor, dice hoy sonriente.

Betty Saadeh, de Belén, dice que ya que los controles le impiden ir con su coche a las playas, o a Jerusalén o Tel Aviv, las carreras le hacen sentir otra clase de libertad.

Las carreras en Cisjordania fueron, primero, ilegales. Después, con el nacimiento de la federación de motor en 2005 y el paulatino crecimiento de público, se fueron organizando en explanadas, mercados despejados o viejos helipuertos.

Una sana rivalidad entre ciudades como Nablus, Belén, Hebrón, Jericó o Ramallah, representadas por cada corredor, hace que el público se agolpe en las gradas o a los lados del circuito improvisado para ver una carrera en la que no solo hay hombres.

Cada corredor tiene dos intentos para hacer el mejor tiempo del circuito. No hay premios en metálico. Solo trofeos, y respeto.

Las speed sisters no compiten solo entre sí por el título de "mujer más rápida de Palestina" y por competir internacionalmente, por ejemplo en Jordania. Lo hacen también por llegar al reconocimiento que les permita correr contra hombres. Como ellas mismas dicen, "un coche no sabe si lo conduce un hombre o una mujer".

Ahí están ellas, las speed sisters, subiendo al coche para llevarse por delante estereotipos y muros a más de 100 por hora.

En su sonrisa está la fuerza de quien tiene una ilusión. En la mirada de los adolescentes que les piden un selfie tras la carrera, la admiración sincera.

Y no solo ellos, porque como dice Noor Daoud, muchas chicas se le acercan porque quieren ser como ella. Algunas ya no solo quieren ir a verla, sino conducir como ella.

Entre ellas, y a pesar de sus diferentes orígenes económicos y de la competitividad de esta pequeña escena del motor, reina una unión que en efecto podríamos llamar sororidad.

No lo tienen fácill. Como dice Betty, la sociedad sigue esperando de ellas que se casen y se queden en casa cuidando a sus hijos.

Pero, como resume otra de las speed sisters, Mona Enab, "mi novio me pidió que eligiera entre las carreras y él...

... y elegí correr".

Fuente: Ignacio Pato, Playground Magazine

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