viernes, 1 de abril de 2016

La primera conductora de autobús en Gaza rompe los estereotipos conservadores

La primera conductora de autobús en Gaza rompe los estereotipos conservadores

Salwa Sorour ha roto con los cánones más conservadores de la sociedad palestina de Gaza con su trabajo como conductora de un autobús escolar, convirtiéndose en la primera y única chófer de la Franja.

A sus 45 años, esta gazatí de tez oscura se levanta cada mañana y arranca su minibús para recoger a los pequeños que lleva a la guardería, labor que le ha puesto en el punto de mira del sector más conservador de un estrecho enclave bajo bloque israelí gobernado por el movimiento islamista Hamás desde 2007.

"Ser conductora de autobús en otro país es normal, pero serlo en Gaza es difícil. La mayoría de la gente no es de mente abierta, nunca ha salido de aquí", explica a Efe Sorour, que orgullosa resalta: "lo que hago no va en contra de la religión y no violenta al honor ni a nuestras santas tradiciones".

Sorour, que se ha atrevido a romper un tabú, confiesa que su arma es la confianza en sí misma y su perseverancia en alcanzar sus metas. "No creo que ningún trabajo sea exclusivamente de hombres si la mujer tiene voluntad y ganas", dice esta conductora que antes trabajó como reparadora de aparatos electrónicos y bróker.

La Oficina Central Palestina de Estadística (PCBS por sus siglas en inglés) recogió en su último informe, publicado en marzo, que el número de mujeres en puestos que requieren esfuerzo físico representa sólo una cuarta parte del total de mujeres que trabajan.

La amplia brecha de género hace que sólo el 19,1 % de las féminas realice este tipo de trabajos, a diferencia del 71,9 % de los hombres que desempeñan estas profesiones tradicionalmente reservadas al varón.

La chófer afronta en su día a día las críticas.

"Un día un policía de trafico me paró, empezó a hablarme como si fuera un hombre, y cuando me miró a la cara se sorprendió y se quedó un rato en silencio. Luego comenzó a decir lo difícil que es para una mujer ser conductor de autobús".

Sorour cuenta que cuando va a la gasolinera para repostar, los trabajadores de la estación se sorprenden, "y al ver que es una mujer la que conduce el autobús, me dan prioridad para echar gasolina", asegura.

Sin embargo, Sorour hace oídos sordos a estos comentarios y actitudes, asegura que no le desmoralizan porque cree en lo que hace y porque su principal motivación está en los niños a los que acompaña cada día.

"Ahora soy madre de decenas de niños y niñas, los trato como a hijos y ellos me quieren, me llaman mamá", refiere con pasión la conductora, que subraya que este sentimiento maternal no puede encontrarlo en otro trabajo.

"Mamá Sorour nos cuenta historias bonitas cuando estamos en el autobús", dice Nour, de cinco años de edad, mientras sale del vehículo.

Pero a veces las dificultades ensombrecen su motivación.

"Lo más complicado es cuando el autobús tiene problemas mecánicos" comenta, algo a lo que ella finalmente también pone solución con resiliencia.

Esta valiente mujer revela que se crió en una familia donde sus padres, hermanos y hermanas no hicieron diferencia alguna entre un niño y una niña. Su hermana Saeda, propietaria de la guardería para la que trabaja, manifiesta a Efe que Sorour es un gran ejemplo de la lucha femenina para alcanzar la igualdad de género.

"Las mujeres son muy capaces de hacer cualquier labor y deben luchar para no permitir que una sociedad machista monopolice los puestos de trabajo en la figura del hombre", añade Saeda. 

Fuente: Saud Abu Ramadán, Agencia EFE

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