Terapia musical para niños los palestinos traumatizados
Sonidos de Palestina, un grupo compuesto por músicos locales y trabajadores sociales, ofrece "un lugar pacífico y seguro" para los niños del campamento de refugiados de Aida, para estudiar música.
Niños entre las edades de cinco y nueve aprenden a tocar instrumentos musicales tales como el clarinete, cello y violín [Julie Ovgaard / Al Jazeera]
Poster estampados con rostros juveniles se extienden por las paredes que bordean los estrechos callejones grises del campamento de refugiados de Aida: son los rostros de los residentes del campamento asesinados por las fuerzas israelíes.
Las noches aquí pueden ser largas y aterradoras. Soldados israelíes utilizan la protección de la oscuridad para realizar incursiones, lanzar gases lacrimógenos y detener a los jóvenes del campamento por lanzar piedras o estar afiliados a los partidos políticos palestinos.
Para los niños de Aida, es una manera triste de crecer. El Muro de Apartheid de Israel serpentea el campamento por un lado, mientras que los francotiradores israelíes vigilan las casas abarrotadas desde las torres de vigilancia fuertemente custodiadas. Lápidas dentro del Cementerio del campo muestran edades de entre los 17, 19, 20, 21, de palestinos fallecidos en los últimos años.
Pero en una de las escuelas del campamento, una organización local está tratando de traer de vuelta una semblanza de la infancia. Sonidos de Palestina, un grupo compuesto por músicos locales y trabajadores sociales, les enseñan a los niños entre las edades de cinco y nueve a tocar instrumentos musicales tales como el clarinete, cello y violín. La organización, que se inició en el 2012, pretende expandirse en áreas aisladas de Cisjordania y ha estado proporcionando actividades adicionales para los niños en medio de la recienteola de violencia en la región.
Sonidos de Palestina ofrece una clase que enseña Dabka, un animado baile tradicional palestino, [Julie Ovgaard / Al Jazeera]
"Todos estos niños provienen de muy duros orígenes. Cada día, hay disparos y gases lacrimógenos", indicó a Al Jazeera el director del programa, Ahmad al-Azzeh. "Lo que estamos haciendo aquí es crear un lugar tranquilo y seguro para ellos, mientras que también les brindamos una de las herramientas más fantásticas disponibles para las personas, que es la música. La música puede hacer a alguien feliz".
Mientras habla, el estruendo de tres clarinetes siendo tocados con entusiasmo llena el pasillo de la escuela. Dentro de las aulas, los niños participan en clases de percusión, lecciones de cuerdas, clases de teoría musical y una clase centrada en Dabka, un animado baile tradicional palestino.
"Me encanta tocar el violonchelo", dijo Yara Karkouf a Al Jazeera, sonriendo, antes de ir a su clase de Dabka. "Nos enseñan cómo tocar. Me encanta estar aquí, y me emociono cuando vuelvo a casa y le cuento a mi madre lo que hice y lo bien que he tocado".
En otra habitación, una mini-orquesta toca Frere Jacques con gusto. Parecen inmersos en la música, libres por ese momento de las atribuladas realidades de su campamento asolado por la pobreza.
"Estos niños han visto a sus parientes heridos de bala, familiares llevados a la prisión; de toda la violencia aquí, ellos son testigos", dijo Azzeh, teniendo en cuenta que la violencia se ha incrementado en los últimos meses. "Ellos están traumatizados, y si soy honesto, los adultos también están traumatizados, aquí. Pero al menos saben cómo manejar el trauma. Los niños no lo hacen".
Por cada profesor de música en Sonidos de Palestina, también hay un trabajador social disponible para hablar con los estudiantes y asesorarlos, agregó.
De hecho, el aumento de la violencia en Israel y en los territorios palestinos ocupados en los últimos meses ha visto el aumento de las incursiones israelíesen Aida.
Los enfrentamientos entre los jóvenes lanzando piedras y soldados israelíes armados son comunes, mientras que niños pequeños han sido detenidos por soldados y sacados de sus casas en medio de la noche. Estos escenarios han tenido un efecto psicológico en los niños del campamento.
Hoy Ahmad Sager, residente del campamento quien tiene ocho años, se concentra arduamente mientras estudia teoría musical. Prefiere tocar el violín, dice, pero él entiende la importancia del aprendizaje en la teoría con el fin de progresar.
Hace unos meses, este nivel de concentración habría sido casi imposible para Sager. A finales del año pasado, uno de sus primos recibió un disparo durante los enfrentamientos entre palestinos y las fuerzas israelíes, y poco después, los israelíes detuvieron a Sager en su casa y lo interrogaron durante horas en una base militar.
Tras su liberación, Sager se volvió un niño introvertido, rara vez hablaba o sonreía. Tenía dificultad para concentrarse en algo y, a menudo se cubría la cara con las manos o la ropa, protegiendo sus ojos del mundo.
Sonidos de Palestina le ha ofrecido un espacio seguro donde se puede obtener una sensación de logro y progreso, dijo.
"Estoy muy bien", dice mientras practica con su violín. "Aquí, se siente diferente; no es como en el campamento de Aida. Hay mucha violencia en el campamento, pero aquí me siento seguro. Soy feliz cuando estoy tocando el violín, y mi madre me ha visto tocar antes… Me sentí tan feliz cuando me vio."
A pesar de haber iniciado hace menos de cuatro años, Sonidos de Palestina ya ha visto dos de sus estudiantes ganar el primer lugar en Magnificent Strings Competition de Jerusalén, un foro anual para los mejores músicos jóvenes de Jerusalén y Cisjordania ocupada.
Azzeh dice que la organización tiene como objetivo continuar proporcionando clases de música a los niños a medida que crecen. Todos los años, han ampliado el rango de edad de un año, trayendo nuevos niños mientras se sigue enseñando a los antiguos estudiantes.
La financiación supone un desafío, admitió Azzeh, ya que la organización funciona gracias a donaciones de donantes y organizaciones privadas. A medida que se han inscrito más niños, se ha hecho más difícil obtener suficientes instrumentos, pero Sonidos de Palestina se propone forjarse y ampliarse en los próximos años.
"El sueño es algún día que la escuela Sonidos de Palestina tenga su propio edificio, dar clases gratuitas de música y terapia que cada niño lo necesite ", dijo Azzeh.
Fuente: Music therapy for traumatised Palestinian children
Copyleft: Toda reproducción de este artículo debe contar con el enlace al originalinglés y a la traducción de Palestinalibre.org
Fuente: Matthew Vickery, Al Jazeera / Traducción: Palestinalibre.org
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