Una historia de superación: Maestra de Gaza desafía el estigma del síndrome de Down
Hiba Al-Shurafa, de 26 años, tiene síndrome de Down, pero esto no le ha impedido cumplir su sueño de ser maestra, ahora enseña a un grupo de niños con esta misma condición.
"Es difícil, pero lo disfruto", dice la maestra al-Hiba Shurafa. Foto: Emad Shaat
Los niños contaron al unísono. De uno a diez. Su maestra, a modo de estímulo, aplaudió en agradecimiento cuando habían terminado.
Podría haber sido cualquier clase en cualquier escuela primaria en Gaza excepto por una cosa: el maestro y los estudiantes tenían síndrome de Down.
Hiba Al-Shurafa, de 26 años, se mostraba confiada y relajada. Su trato era amable y entusiasta y sus estudiantes respondieron satisfactoriamente durante esta última clase de la Asociación Derecho a Vivir en la parte oriente de la ciudad de Gaza.
La Asociación Derecho a Vivir es la filial de Síndrome de Down Internacional en Gaza, una organización para aquellos nacidos con esta condición.
Es aquí donde al-Shurafa fue entrenada para convertirse en el primer maestro con síndrome de Down en Gaza.
Apoyo familiar
Es profesora de primero y segundo grado de una variedad de materias, incluyendo matemáticas, árabe, ciencia, religión, ciencias sociales e inglés.
El apoyo familiar es fundamental. Al-Shurafa nació en los Emiratos Árabes Unidos, en donde sus padres se enteraron de su condición.
Nuha Abu Shaban, la madre de Hiba, dijo a The Electronic Intifada que cuando Hiba tenía apenas seis semanas de edad, ella la llevó al Emirato de Al-Sharjah, lo que es ahora el Sharjah City for Human Services.
Allí, Abu Shaban tomó sesiones de concienciación, aprendiendo a compartir con un niño que tenía síndrome de Down e instruirse con las herramientas necesarias para poder criar una persona con esta condición. Y la familia fue aún más lejos.
"Nos pusimos en contacto con amigos de Gran Bretaña para que nos enviaran libros, revistas y manuales de la Asociación Síndrome de Down", dijo Abu Shaba. "Su padre los tradujo para mí para estudiar y aprender cómo satisfacer mejor las necesidades de Hiba".
Desafíos
La campana sonó y terminó la clase de matemáticas. Al-Shurafa pidió a sus alumnos quedarse por un corto tiempo para responder las preguntas de este reportero. Y delante de ellos reconoció que la enseñanza había sido al principio un verdadero desafío.
"Al principio, me pareció difícil transmitir la información a los estudiantes", dijo. "Ahora estoy empezando a sentirme cómoda".
Sin embargo, la enseñanza en la sociedad implica más que simplemente impartir información. Existen impedimentos físicos para trabajar y al-Shurafa sigue un programa que incluye cómo ayudar a algunos estudiantes aflojar sus músculos con el fin de poder tomar un lápiz.Ell
a también enseña a los padres estos ejercicios, que suelen utilizar de forma especial la arcilla, para que las familias puedan seguir con este tratamiento en casa.
Hiba Al-Shurafa espera ser un ejemplo para sus jóvenes estudiantes. Foto: Emad Shaat
Y al igual que cualquier maestro, el trabajo de al-Shurafa tiene sus altibajos. Lo más difícil de tratar, dijo, son los problemas entre los estudiantes.
"Algunos son obstinados, lo que puede ser difícil enseñarles y controlarlos", dijo. "Es difícil, pero me gusta".
También se ha convertido en un ejemplo para los demás. Shaima Qufah, quien está sentada en la primera fila y observa cuidadosamente a su maestra, admitió que quería seguir los pasos de al-Shurafa.
"Quiero ser como ella", dijo esta niña de 6 años de edad, en voz baja cuando se le preguntó. Al-Shurafa sonrió.
Nada, dijo, debe dejar que Shaima se pueda convertir en un maestro.
Cambio de mentalidad
Durante 20 años, la Sociedad Derecho a Vivir ha sido la única organización de ayuda dedicada para las personas con síndrome de Down en Gaza. La asociación tiene un mensaje central: Las personas con síndrome de Down necesitan ser incluidos como miembros plenos de la sociedad.
Las actitudes sociales, dijo Nabil Juneid, responsable de los programas de rehabilitación en la sociedad, son el mayor obstáculo.
Los padres pueden prestar menos atención a los niños con esta condición que a sus otros hijos. Las personas con síndrome de Down pueden ser marginadas o rechazadas y sus oportunidades son susceptibles de ser restringida.
En general, dijo Juneid, las personas con síndrome de Down son vistos como una carga.
"Este tipo de actitudes exigen esfuerzos especiales, ya sea a partir de la asociación o de los padres para lograr un cambio más general", agregó Juneid.
Juneid estima que entre 1.500 y 2.000 personas en Gaza tienen síndrome de Down. La sociedad ayuda a alrededor de 900, todos niños, indicó.
"El elemento clave para Hiba fue el cuidado de sus padres y un ambiente de apoyo", añadió Juneid. "Esta combinación le permitieron expresarse creativamente y académicamente, además le ha permitido convertirse en un maestro profesional. Como resultado, se ha beneficiado más que la mayoría de la sociedad [Derecho a vivir]".
Los padres de Al-Shurafa trataron de proporcionarle una educación estimulante. La joven Hiba acompañó a su madre constantemente, lo que permitió que otros se acostumbraran a ella. El resultado fue "borrar" las diferencias entre ella y los demás, dijo su madre, Nuha Abu Shaban.
Al-Shurafa, por otra parte, tiene poco trastornos del habla lo que le permite comunicarse con los demás y posee una gran memoria, dijo Juneid. Ella tiene la habilidad de memorizar los poemas de Imam al-Shafi, más conocido como uno de los grandes imanes y se le considera el fundador de la jurisprudencia islámica.
"Siempre estamos animándola", dijo Juneid. "Ha ganado un montón de premios por sus recitales de poesía."
El éxito en la adversidad
Como todo lo demás en Gaza, la Sociedad Derecho a Vivir se ve afectada directamente por el bloqueo israelí a la Franja, ahora ya con casi una década de antigüedad. Sin capacidad para garantizar el suministro, la asociación ha tenido que cerrar dos talleres de formación ocupacional, uno que producía alfombras y otro para productos de bambú.
El edificio de la sociedad, situado en la carretera más oriental de la ciudad de Gaza, Karama Street, no lejos de la frontera con Israel, también fue dañado durante la incursión israelí en 2014 contra Gaza, así como en anteriores ataques militares.
Los estudiantes todavía participan en programas de formación ocupacional y también toman clases de deportes con personal calificado. Pero Juneid dijo que es una batalla cuesta arriba para asegurar la calidad y el progreso.
"Aparte de los daños causados por el asedio y tres incursiones israelíes en los últimos 10 años, la sociedad necesita recursos humanos y financieros suficientes para ofrecer los servicios y garantizar resultados positivos", explicó.
Y, agregó, no hay mejor manera de aumentar la conciencia y contrarrestar el estigma social, como a través de historias de éxito como la de al-Shurafa.
De vuelta en clase, al-Shurafa solicitó a los estudiantes ponerse de pie y decir adiós a este reportero.
"Espero", dijo, "que la sociedad nos puede aceptar como somos. Tal vez mi historia puede cambiar cualquier opinión negativa que tiene la gente de nosotros".
Sobre el autor: Hamza Abu Eltarabesh es un periodista de Gaza.
Fuente: Gaza teacher challenges stigma of Down syndrome
Copyleft: Toda reproducción de este artículo debe contar con el enlace al originalinglés y a la traducción de Palestinalibre.org
Fuente: Hamza Abu Eltarabesh, The Electronic Intifada / Traducción: Palestinalibre.org
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